Los bloopers y el desconcierto de Boca ante Godoy Cruz: de la patada de Pol a Barco al pelotazo de Weingandt a Varela

La noche de Boca en Mendoza no pudo ser peor. El equipo de Jorge Almirón tuvo un partido para el olvido y terminó sufriendo una derrota histórica por 4-0 ante Godoy Cruz.

Todo comenzó con un penalazo de Marcelo Weigandt por una mano insólita en el área, que le permitió al arquero Ruso Rodríguez a abrir la cuenta para el local. El defensor xeneize abrió su brazo de manera grosera e inexplicable aunque vale destacar que la infracción fue detectada por el VAR y no por Facundo Tello, árbitro del encuentro.

En ese primer tiempo de bajo nivel, Boca no llegaba al área del Tomba y un Darío Benedetto errático parecía desconectado del resto del equipo. El Pipa probó de lejos pero su remate se fue a las nubes, en un símbolo de su floja actualidad.

Sobre el final de esa primera mitad, después de un pobre cierre de Nicolás Figal llegó la definición del 2-0 con la firma del ex River, Hernán López. Pero en el ST faltaba lo peor.

Boca pareció salir con otra actitud a jugar el complemento. Ya sin Benedetto, que salió reemplazado por Luis Vázquez, la visita fue en busca de un descuento que le permitiera soñar con el empate. Pero le costó hilvanar pases y generar jugadas de peligro.

Hasta que llegó una clara. Se dio un pase al área para la posición de Pol Fernández, que llegaba libre para definir. Cuando el capitán de Boca intentó empalmar la pelota de zurda, se interpuso en su camino Valentín Barco, que llegaba lanzado al área. Fue un blooper insólito. Fernández le pegó al Colo y la pelota se perdió por un costado.

Encima el joven lateral quedó tendido en el piso con una clara muestra de dolor. Y un minuto más tarde, llegó el 3-0 de Allende que tuvo la suerte de que su remate se desviara en Nicolás Figal para descolocar a Sergio Romero.

Almirón enseguida sacó a Barco para dar ingreso a Payero. Pero Boca no llegó a acomodarse en el campo que llegó el cuarto golpe. El del nocaut. Tomás Conechny, que minutos antes había ingresado al campo de juego, aprovechó un error infantil de Facundo Roncaglia para dejar en el camino a Romero y marcar el 4-0. Un papelón del equipo de Jorge Almirón.

Y si algo faltaba para darle un cierre a la noche de pesadilla del Xeneize, sobre el final del partido, Weingandt se sacó la pelota de encima con un pelotazo que dio en la cara de Alan Varela, quien cayó al suelo dada la violencia del golpe.

Tras esa acción que pareció propia del fútbol amateur, el árbitro Tello se apiadó de la visita y decretó el final del partido. Y Boca regresó a Buenos Aires en silencio, sin hacer declaraciones en la prensa pero con el DT reconociendo que había sido su peor partido desde que se hizo cargo del plantel.